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La videncia real

La existencia de algunos timadores que ofrecen mentiras a cambio de dinero ha logrado que videntes realmente capaces de ver más allá sean desprestigiados, y que su don no sea percibido como tal. Pero, a esta altura de la vida, es indiscutible que la videncia real existe, y que normalmente responde a un don natural de nacimiento que, con el tiempo, los videntes aprenden a controlar y a canalizar mediante sus servicios de adivinación.

Existen muchos tipos de videncia. En algunos casos, los videntes cuentan con este don desde su nacimiento y aprenden a explotarlo. En otras ocasiones, la videncia es totalmente incontrolable, pues es impredecible e involuntaria. También hay casos en que los videntes deben servirse de algunos caminos accesorios para desplegar su habilidad, como por ejemplo el tacto, el olfato, la lectura de las manos, de las cartas, etcétera.

Cómo son los videntes

El mito popular hace ver a los videntes como personas desequilibradas, que visten turbantes, despliegan misticismo y se encuentran poseídas por su destreza sobrenatural. Pero lo cierto es que si nos encontramos frente a un verdadero vidente, puede tratarse de una experiencia totalmente amena.

Para las personas con el don de la videncia, la energía juega un papel fundamental. En su presencia, es posible percibir un ambiente que se encuentra vivo, y un fluir peculiar de la conversación. Si se trata de una persona que utiliza sus dones para bien, sabrá hacernos sentir cómodos con la visita, sabrá evacuar nuestras dudas y realmente hacernos sentir más seguros para enfrentar nuestro futuro.